Ohhh si llegaron las
vacaciones y atrás quedaron los compromisos, el trabajo y la piel pálida a lo
crepúsculo, bienvenidos días de playas, piscinas, camping y…oh oh insolación.
Sabes de sobra todas las consecuencias de tomar sol de forma desmedida y sin un mínimo de cuidado, desde deshidratación hasta envejecimiento de la piel, pero aun así te niegas a no tener un bronceado espectacular, así que los días de asueto no se te ocurre otra cosa que despojarte de tu ropa habitual e irte a tostar bajo el sol y terminas más roja que Sebastián (sehhh, el cangrejito de la sirenita) y con tu piel totalmente adolorida.
Para que esto no vuelva a ocurrirte he aquí unos sencillos trucos para que disfrutes de días de sol sin necesidad de dañar tu piel.
Usa protector solar: sé que te lo han machado millones de veces, pero quizás también no le has dado la importancia que tiene. Úsalo en todas las áreas expuestas al sol 15 minutos antes de entrar a la playa o piscina y repite el proceso cada 2 horas.
Los más efectivos según la Asociación Británica de Dermatología son los que en su etiqueta colocan “de amplio espectro” pues protegen de los rayos UVA y UVB, así como el índice SPF30.
Días nublados: bajo ningún concepto pienses que como el día esta medio gris no es necesario el bloqueador solar, ya que las nubes no son un escudo protector que impiden pasar los rayos UV.
Horarios: una de las cosas que debes tomar en cuenta es que NO debes exponerte al sol desde las 12 del mediodía hasta las 4pm pues es cuando los rayos del sol tienen efectos más “achicharrantes”, debido a que inciden verticalmente sobre nosotros.
Ropa adecuada: complementa tu outfit con gorras, sombreros de ala ancha, lentes de sol con protección UV, pareos, y ropa de fibras naturales.
Hidratación: tanto el agua salada como el cloro de las piscinas resecan la piel, por lo que debes tomar mucha agua para hidratarte y evitar a toda costa las bebidas gaseosas, porque no solo contribuye a la aparición de celulitis, sino que además te deshidratan más.
Rostro: debes tener en cuenta que al estar expuesta al sol te hace sudar y por consiguiente deshidratarte, así que si sientes la piel muy reseca puedes vaporizar agua termal sobre tu cara.
Después de asolearte: es recomendable usar cremas “after sun”, hidratantes o de aloe vera para que ayuden a reparar la piel más rápidamente, te ayuden con la resequedad, de posibles irritaciones o quemaduras.
Cero exfoliaciones: una vez que te hayas expuesto al sol debes evitar a toda costa exfoliarte pues al estar tu piel más sensible podrías lastimarte.
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